MC. Ricardo Ojeda Ávalos, Desarrollo de Nuevos Productos.
VioHache – SuKarne
Culiacán Sin, MX. 2023. ricardo.ojeda@sukarne.com
El suelo es el sustento de la vida en el planeta, el suelo
marino produce alimento para las pequeñas plantas marinas que a su vez
alimentan a otros organismos heterótrofos como moluscos, peces y depredadores,
del mimo modo en el que la sucesión ecológica ocurre en los ecosistemas
terrestres.
El suelo se forma por la meteorización de la roca de la
superficie ocasionada por la lluvia, radiación solar viento y calor, formándose
polvo de piedras, el cual es utilizado por los microorganismos como alimento.
Después de un tiempo, estos microorganismos como hongos,
bacterias y protozoos proliferan y forman materia orgánica o humus al morir y
reciclar sus células. Los primeros orgánicos autótrofos en aparecer en el suelo
son las algas y cianobacterias.
Una vez que en esta superficie se forma una pequeña capa de
material mineral pulverizado, espacios porosos, partículas de agua y materia
orgánica podemos considerarlo suelo.
El suelo idóneamente contiene minerales (45%) derivados de
la roca (arenas, limos y arcillas), aire (25%), agua (25%) y materia orgánica
(5%) que resulta de la descomposición de restos vegetales, animales y
microbianos (Arias,
et al. 2018).
Esta es la definición de un suelo agrícola productivo, donde
la fracción mas importante de los componentes del suelo es la materia
orgánica, ya que el contenido de la materia orgánica define la fertilidad del
suelo, es decir “la capacidad de dar vida”
En el planeta existen 32 tipos de suelo, de los cuales
México cuenta con 30 de ellos (Cruz G. 2015).
6 tienen uso agrícola los cuales dependiendo de sus propiedades físicas,
químicas y biológicas son ideales para cultivos específicos (vertisoles para
producir papa, Phaeonzem para producción de trigo, calcisoles para producción
de hortalizas como chile, lluvisoles para huertos de aguacate, por ejemplo).
Debido a la sobreexplotación pecuaria y agrícola
del suelo, aunado a los efectos de cambio climático, el uso de composta como
materia orgánica es clave para recuperar la fertilidad del suelo agrícola,
recuperar la salud de los ecosistemas y sumir carbono en los suelos ayudando a
hacer más sustentables la forma en la que obtenemos alimentos.